Me agrada sobremanera cuando de una pequeña obra
resalta no solo su utilidad sino también su belleza.
Su doble uso, su multifuncionalidad, están siendo hoy
vistos con mayor admiración.
Este pequeño cofre adorna y ayuda a organizar nuestro tocador.
(no tenía hilo y lo tejí con fibra textil).
La taza alegra la vista y en nuestra mesa sirve dulces.
(regalo de mi nieto David).
La muñequita asoma entre los libros de nuestra
biblioteca luciendo modelos vintage.
(regalo de mi hijo Aldo)
Gratas y pequeñas cosas que nos acompañan,
que llenan de recuerdos la soledad de las tardes.
Quizás, más adelante podamos intercambiar algunas.